El pasado 4 de marzo, parte del equipo de TEDxVitoriaGasteiz fuimos al evento Pontes que organizaba TEDxOporto. Yo era la única que jamás había acudido a un evento así. De hecho, hasta hace unos meses, no sabía ni que existían. ¿Cómo fue? Quédate y te cuento cómo fue mi primera experiencia de un evento TEDx.
Cuando oyes sobre este tipo de eventos, siempre tienes esa duda. ¿Cómo será realmente? Pero, de verdad. No lo que te venden.
La imagen que tenía era la de algo parecido a una conferencia científica. Pero nada más lejos de la realidad. Aquí se viene a pasarlo bien. Y eso es precisamente lo que consiguieron en TEDxOporto.
El ambiente
Ir a un evento TEDx es algo especial. El ambiente es único. La diversidad de personas que acuden es alucinante, parejas, personas solas, familias, razas, intereses, edades, ocupaciones… da igual. Todos acudíamos al evento para escuchar ideas originales, innovadoras, que rompiesen un poco los esquemas y que te ofrecían una alternativa que tal vez jamás te habías planteado.
Lo primero que me llamó la atención fue el ambiente, lleno de energía y buen rollo en la sala de acreditaciones gracias al equipo de voluntarios. Según subía por las escaleras hasta el auditorio iba entrando en situación, dejé el abrigo en el ropero, recogí la bolsa de regalos y a esperar a que los voluntarios, apostados en las puertas, nos dejasen entrar. La gente se iba arremolinaba en las entradas, expectantes. Había ganas de empezar.
En ese momento, dudas. ¿Y si es aburrido? No tenía ni idea de qué iban las charlas, solo conocía los nombres de los speakers. ¿Me gustará? Conocía a los speakers por la web pero, más allá de eso, no sabía de qué iban a hablar y el programa que te daban tampoco daba pistas.
No me dieron tiempo a teorizar, se abrieron las puertas y accedí al auditorio con un escenario en la parte central y dos inmensas pantallas de vídeo a ambos lados. Daba igual donde me sentase, no me iba a perder nada. La iluminación, la música, los vídeos en las pantallas me dejaron claro que esto no es un evento cualquiera: esto es TEDx.
Las charlas estaban agrupadas en cuatro bloques con una misma estructura: una presentacióna cargo de uno de los organizadores, una actuación, las charlas en sí y luego el cierre a manos de un monologuista. Todas aludían al tema principal, Pontes (puentes, en portugués), pero cada uno lo hacía desde su campo de experiencia. ¿El resultado? Alucinar cómo, desde perspectivas tan distintas, todos contribuían con una idea para tender puentes desde sus campos de experiencia.
Escuché a un ingeniero explicar cómo los puentes pueden determinar la identidad de una ciudad. ¿Te imaginas a la ciudad de San Francisco sin su Golden Gate? ¿O Nueva York sin el puente de Brooklyn? A una profesora enseñar el abecedario ayudándose del lenguaje de signos fomentando así la inclusión de personas con dificultades. O cómo el graffiti puede ayudar a las personas mayores a llevar una vida más activa. O la excelente charla de Henrique Cymerman (al que seguro recuerdas de sus crónicas en Israel) para lograr una paz duradera entre los pueblos palestino e israelí.
Todas las charlas eran distintas y, al mismo tiempo, uniforme. Había una cohesión. Un hilo en común. Cada bloque tenía un sentido.
Las horas pasaban, pero no tenía tiempo para darme cuenta. Estaba demasiado entretenida. Los descansos se aprovechaban para ir al baño, intercambiar impresiones con mi grupo, y para visitar los stands de los sponsors. Ahí tienes ocasión de ver sus servicios o productos, de probarlos, aprender, o simplemente hablar con gente que acabas de conocer.
El brownie y el capuccino estaban sensacionales, por cierto.
Había un puesto para averiguar si eras más de perros o de gatos. Otro para mostrarte el último modelo coche de hidrógeno de Toyota. La Oficina de Turismo de Oporto también tenía presencia. O la de una empresa que diseña software que cubre la ciberseguridad, la conducción automática, o soluciones de marketing para vehículos BMW. E incluso una empresa de alquiler de oficinas en Oporto para atraer nuevos negocios.
Por la tarde, seguimos con dos bloques más. Las actuaciones te subían la energía, preparándote para las charlas. Y el monólogo de cierre llenaba de carcajadas el auditorio. El broche final corrió a cargo de un cuarteto de viento que puso en pie a buena parte de las 1400 personas que estábamos allí, animándonos a bailar y aplaudir como si no hubiese un mañana.
En el coctel de después coincidimos con varios speakers. Fue un privilegio poder hacerles preguntas, averiguar de donde habían sacado sus ideas e intercambiar opiniones.
Salí del evento con la sensación de que llevaba todo el día allí, que así era, pero al mismo tiempo, me daba pena que hubiese terminado. ¿Había que volver ya a Vitoria? ¿Ya se había acabado?
Una experiencia que no te deja indiferente
TEDxOporto me había roto los esquemas. Esperaba algo más formal, más serio. El ponente habla y tú escuchas, y si te gusta, aplaudes, y si no, pues no pasa nada.
Pero es mucho más que eso. La posibilidad de hablar con los speakers, de preguntarles, de ver las actuaciones, de experimentar los servicios y productos de los sponsors, de retar a tu mente ofreciendo otras posibilidades que no te habías planteado es un soplo de aire fresco.
El viaje de vuelta lo pasamos comentando las charlas, cuál nos había gustado más y con cuál no habíamos llegado a conectar del todo, a repasar las fotos y vídeos que habíamos hecho y a pensar en si podremos volver a la edición del año que viene.
Lo cierto es que si dejas la puerta abierta a la sorpresa, a la curiosidad, y al deseo de conocer el mundo más allá de tu burbuja, TEDx es el evento perfecto. Cualquiera puede ir, no necesitas ser experto en nada para entender las charlas. Solo tienes que prestar atención y disfrutar. Son ideas poderosas explicadas de una manera sencilla.
De lo que estoy segura es que esta primera experiencia en un evento TEDx no va a ser la última. Repetiré.
BonusTrack
Si quieres echar un ojo a lo que prepararon en TEDxOporto, os dejo aquí su web
¿Sabías que TEDxPorto cuenta con su propia banda sonora? Lo que oyes. La puedes escuchar en su canal de YouTube
Al equipo responsable y voluntarios de TEDxPorto, ¡gracias!